martes, 15 de septiembre de 2015

Operador/a de telecentro: el puente para la disminución de la desigualdad



 
 
En unas pocas semana se cumplirá casi un año desde que el equipo formado por Gabriela Guzmán, Marcela Pérez, Karen Jerez y Maricel Betancourt, llegaron al Ministerio del Interior a recuperar y potenciar la Red de Telecentros del Programa Quiero Mi Barrio implementado en el primer gobierno de la Presidenta Bachelet.

Clave ha sido la experiencia de Gabriela Guzmán en el trabajo con TIC en diferentes ámbitos que van desde la conectividad a la educación y la trayectoria de Marcela Pérez en gestión pública para resolver todos las deudas administrativas que tenía el proyecto desde sus traspaso de la Subtel a la Subsecretaría de Prevención del Delito arrastradas desde el gobierno del presidente Piñera.

La participación de Karen Jerez y Maricel Betancourt ha sido vital y crucial para poder incorporar en la mirada pública la experiencia del trabajo en terreno, codo a codo con las organizaciones, conocedora de las realidades de los barrios y de los desafíos que día a día enfrentan. La participación de ellas permite tener en la oficina central un sensor que verifica lo que es posible de abordar en la implementación de un modelo de apropiación social de TIC dentro de una Subsecretaría que confía en que la violencia se puede disminuir si se fortalece y empodera a las comunidades como protagonistas de los procesos asociados al derecho de vivir en un territorio de paz y no de violencia.

Los operadores de telecentros son actores protagonistas en sus barrios. Su liderazgo comunitario les permite ser buenos lectores de las necesidades de sus comunidades de modo tal que pueden actuar como puentes entre estas y la información necesaria que puede contribuir a satisfacer demandas personales, familiares, comunitarias y sociales.

Son ellos y ellas los que ayudan a sus vecinos a postular a los subsidios del Estado y a conocer los derechos que muchas veces desconocen. Les enseñan a reclamar si no reciben una solución a algún problema, les ayudan a postular a concursos de fondos públicos, a terminar los estudios, a comunicarse con los familiares que están lejos. Ayudan a los niños y niñas a hacer sus tareas, a buscar trabajo, a hacer los trámites lo que les permiten ahorrarse el pasaje al centro a sus vecinos.

Un telecentro es también un lugar acogedor, permanentemente abierto que promueve el encuentro, que fortalece los lazos de los vecinos que de a poco reconstruye un “nosotros” que se ha ido debilitando en el tiempo.

La Presidenta Bachelet señaló en su programa que su Gobierno estaría más cerca de la ciudadanía y los telecentros son testimonio de aquello: Un telecentro es Gobierno Cercano. Esto ocurre no solo porque hay un espacio con computadores conectados a internet de uso gratuito, sino y por sobre todo, porque los operadores de telecentros son los puentes que acercan principalmente a los usuarios más excluidos, como lo son los adultos mayores y las mujeres dueñas de casa al uso de las TIC con sentido.

Chile enfrentará pronto un gran desafío: reescribir una Nueva Constitución en la cual la Presidenta ha señalado que TODOS y TODAS están llamados a participar. Para que esto pase, ha señalado, será necesario que existan espacios para la educación cívica que les permita a todos aportar con su mirada, con su experiencia, en la elaboración de la carta magna.

De seguro los operadores de telecentros serán protagonistas en sus barrios de este proceso, pues de que otra forma podrá llegar esa formación a los barrios más excluidos?. Su participación garantizará que la capacidad de incidir en la redacción final otorgue igualdad de oportunidades a todos, sin discriminar por el barrio o la comuna en que se vive.

Chile es un país con altos niveles de desigualdad. Varias de esas capas de desigualdad son estructurales y difíciles de disminuirlas de un días para otro. Sin embargo, la desigualdad de acceso a la información y el uso de esta para poder incidir en el proceso constituyente, con el apoyo de la Red de telecentros y las Bibliotecas de Biblioredes, es mucho más fácil de abordar, pues ambas instituciones gozan de una capilaridad (distribución) territorial que permite con un clic llegar a gran parte del territorio, por lo que no hay excusa para dejar a esta importante parte de la población fuera.

Chile cuenta con los operadores de telecentros como garantes de la promesa pública que realizó nuestra Presidenta: acá nadie quedará fuera. Su rol será un hito en la historia, su liderazgo se pondrá a prueba y de seguro será uno de los tantos desafíos que sabrán enfrentar, porque son los representantes de sus barrios, son los puntos que al unirse conforman un gr
an red que se nutre de sus prácticas.

El trabajo del Estado debe ser fortalecer a los operadores de telecentro como líderes comunitarios, como agentes de cambio, como un puente entre el Chile que somos y el Chile que queremos, ese que será más justo, más inclusivo y más solidario.

Las mesas territoriales que se han constituido en cada uno de los 116 telecentros distribuidos a lo largo de todo Chile, en los barrios donde viven cientos de miles de ciudadanos de esfuerzo del quintil 1 y 2, de los sectores más excluidos de ese desarrollo del cual tantas veces se alardea y que pocas veces se distribuye de manera justa, confían en que podrán ser protagonistas del proceso constituyente que se abrirá en octubre.









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