En unas pocas semana se
cumplirá casi un año desde que el equipo formado por Gabriela
Guzmán, Marcela Pérez, Karen Jerez y Maricel Betancourt, llegaron
al Ministerio del Interior a recuperar y potenciar la Red de
Telecentros del Programa Quiero Mi Barrio implementado en el primer
gobierno de la Presidenta Bachelet.
Clave ha sido la
experiencia de Gabriela Guzmán en el trabajo con TIC en diferentes
ámbitos que van desde la conectividad a la educación y la
trayectoria de Marcela Pérez en gestión pública para resolver
todos las deudas administrativas que tenía el proyecto desde sus
traspaso de la Subtel a la Subsecretaría de Prevención del Delito
arrastradas desde el gobierno del presidente Piñera.
La participación de
Karen Jerez y Maricel Betancourt ha sido vital y crucial para poder
incorporar en la mirada pública la experiencia del trabajo en
terreno, codo a codo con las organizaciones, conocedora de las
realidades de los barrios y de los desafíos que día a día
enfrentan. La participación de ellas permite tener en la oficina
central un sensor que verifica lo que es posible de abordar en la
implementación de un modelo de apropiación social de TIC dentro de
una Subsecretaría que confía en que la violencia se puede disminuir
si se fortalece y empodera a las comunidades como protagonistas de
los procesos asociados al derecho de vivir en un territorio de paz y
no de violencia.
Los operadores de
telecentros son actores protagonistas en sus barrios. Su liderazgo
comunitario les permite ser buenos lectores de las necesidades de sus
comunidades de modo tal que pueden actuar como puentes entre estas y
la información necesaria que puede contribuir a satisfacer demandas
personales, familiares, comunitarias y sociales.
Son ellos y ellas los que
ayudan a sus vecinos a postular a los subsidios del Estado y a
conocer los derechos que muchas veces desconocen. Les enseñan a
reclamar si no reciben una solución a algún problema, les ayudan a
postular a concursos de fondos públicos, a terminar los estudios, a
comunicarse con los familiares que están lejos. Ayudan a los niños
y niñas a hacer sus tareas, a buscar trabajo, a hacer los trámites
lo que les permiten ahorrarse el pasaje al centro a sus vecinos.
Un telecentro es también
un lugar acogedor, permanentemente abierto que promueve el encuentro,
que fortalece los lazos de los vecinos que de a poco reconstruye un
“nosotros” que se ha ido debilitando en el tiempo.
La Presidenta Bachelet
señaló en su programa que su Gobierno estaría más cerca de la
ciudadanía y los telecentros son testimonio de aquello: Un
telecentro es Gobierno Cercano. Esto ocurre no solo porque hay un
espacio con computadores conectados a internet de uso gratuito, sino
y por sobre todo, porque los operadores de telecentros son los
puentes que acercan principalmente a los usuarios más excluidos,
como lo son los adultos mayores y las mujeres dueñas de casa al uso
de las TIC con sentido.
Chile enfrentará pronto
un gran desafío: reescribir una Nueva Constitución en la cual la
Presidenta ha señalado que TODOS y TODAS están llamados a
participar. Para que esto pase, ha señalado, será necesario que
existan espacios para la educación cívica que les permita a todos
aportar con su mirada, con su experiencia, en la elaboración de la
carta magna.
De seguro los operadores
de telecentros serán protagonistas en sus barrios de este proceso,
pues de que otra forma podrá llegar esa formación a los barrios más
excluidos?. Su participación garantizará que la capacidad de
incidir en la redacción final otorgue igualdad de oportunidades a
todos, sin discriminar por el barrio o la comuna en que se vive.
Chile es un país con
altos niveles de desigualdad. Varias de esas capas de desigualdad son
estructurales y difíciles de disminuirlas de un días para otro. Sin
embargo, la desigualdad de acceso a la información y el uso de
esta para poder incidir en el proceso constituyente, con el apoyo de
la Red de telecentros y las Bibliotecas de Biblioredes, es
mucho más fácil de abordar, pues ambas instituciones gozan
de una capilaridad (distribución) territorial que permite con un
clic llegar a gran parte del territorio, por lo que no hay excusa
para dejar a esta importante parte de la población fuera.
Chile cuenta con los
operadores de telecentros como garantes de la promesa pública que
realizó nuestra Presidenta: acá nadie quedará fuera. Su rol será
un hito en la historia, su liderazgo se pondrá a prueba y de seguro
será uno de los tantos desafíos que sabrán enfrentar, porque son
los representantes de sus barrios, son los puntos que al unirse
conforman un gr
an red que se nutre de sus prácticas.
El trabajo del Estado
debe ser fortalecer a los operadores de telecentro como líderes
comunitarios, como agentes de cambio, como un puente entre el Chile
que somos y el Chile que queremos, ese que será más justo, más
inclusivo y más solidario.
Las mesas territoriales
que se han constituido en cada uno de los 116 telecentros
distribuidos a lo largo de todo Chile, en los barrios donde viven
cientos de miles de ciudadanos de esfuerzo del quintil 1 y 2, de los
sectores más excluidos de ese desarrollo del cual tantas veces se
alardea y que pocas veces se distribuye de manera justa, confían en
que podrán ser protagonistas del proceso constituyente que se abrirá
en octubre.