domingo, 31 de julio de 2011

Clase con Gabriel Salazar


Volví a mi Liceo Carmela Carvajal después de 20 años a una clase historia. Bueno, no es es cualquier clase, es una clase organizada por las estudiantes en toma del Liceo y el profesor es el historiador Gabriel Salazar.

No es cualquier clase, no es cualquier liceo, no es cualquier profesor. Es mi historia a boca de jarro recorriendo el pasado con cáscara de presente. Los árboles están tan grandes que sus ramas rasguñan el cielo. Hay muchas más salas y sobre el primer mural que hicimos por primera vez hace 20 años, cuando asumimos como primer Centro de Alumnas después de la dictadura, ahora hay un bello mosaico.

Comparto con ustedes los apuntes que tome de la clase, como cuando uno lo hacía con la compañera que había faltado a clases, ojalá les sirva, porque un historiador si sabe de historia y si el dice que las movilizaciones actuales quedaran en los libros, es porque de seguro así va a ser.

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La historia habla de viejos ministros. A ellos es a quienes se le levantan estatuas y son sus nombres y no otros los que las calles llevan. Esa es la historia que la a escuela cuenta, la historia de la elite del país: lo que aprendemos es la historia del señorito.

La historia no habla de los niños , ni tampoco de los jóvenes, son invisibles. Esa historia que no se cuenta existió, pero no llegó a los libros, ni a las estatuas.

Las reformas de 1960 del Gobierno de Frei se hicieron sin conocer la historia de los excluidos , de los sectores populares. Sin conocer la historia de los ladrones, de la putas, sin conocer la historia de los profesores, de los artesanos, apenas se sabía del movimiento obrero en la medida que se plegaba a un partido.

Solo desde los años 80 diferentes disciplinas han empezado a escribir, registrar y estudiar la historia silenciada, la que no se escribía. Trabajadoras sociales, sicólogos comunitarios y sociólogos empezaron a ponerle palabra escrita a los actores sociales ignorados, sin embargo aquello no necesariamente ha llegado al aula, pues estos no suelen hablar de nuestra realidad, sino de la realidad de otros, pues nos pasamos la vida aprendiendo de otros y no de nosotros.

La escuela no construye una personalidad social en función de la realidad, poca o ninguna herramienta entrega para aprender a vivir en comunidad social. No nos hace conscientes de nuestra “autohistoria”, nos hace distintos, nos aleja de las raíces del origen, de la posibilidad de ser con otros y para otros. Nos priva de la posibilidad de ser un agente útil que se ejercita como ciudadano.

Hemos sido educados históricamente de acuerdo a parámetros extranjero, primero de acuerdo al modelo francés, luego alemán, después norteamericano y actualmente se busca emular el modelo finlandés, taiwanés o el de Singapur.

De hecho para evaluar el nivel de desarrollo de nuestra educación nos medimos con estándares creados por otros como PISA.

Pero la historia se empieza a registrar y empieza a hacer visible a los invisibles como en su libro “Ser Niño Huacho En La Historia De Chile”, pues ellos existen y son parte importante del país en que vivimos. Cuando los anónimos, los sin nombre ni sustantivo empiezan a parecer en la historia, esta empieza también a su vez a cambiar.

La celebración el bicentenario no trajo aparejada la evaluación de lo que hemos hecho en este tiempo y tampoco ahondó en las áreas que evidentemente tenemos pendientes. Existe a lo menos cuatro tareas que tenemos pendientes:

  1. No nos hemos industrializado. Hoy en Chile hay menos industrias que en 1910. En aquel entonces Chile tenía, por ejemplo, una tremenda fábrica de trenes, hoy en Chile no se produce ni la tuerca de un tren. Nuestros empresarios son comerciantes, solo nos ha llenado de grandes tiendas que compran en el extranjero. Nos han llenado de mega mercados , de malls, pero no de industria, aquel motor que moviliza la innovación de un país. Este modelo productivo se replica en la cultura, pues también somos consumidores de una cultura extranjera, por sobre nuestra cultura. Los chilenos somos civilizados para consumir, pero bárbaros para producir.

  2. No hemos participado en la construcción del Estado. La primera constitución de 1833 fue redactada por mercaderes, liderados por Diego Portales, el más importante de ellos. La segunda constitución fue redactada por un solitario Alessandri, quien también era amigo de los mercaderes. La de 1980 ni hablar, Pinochet solo la afinó lo suficiente como para ser funcional a los apetitos de los poderosos.

  3. No hemos participados en la construcción que de verdad se tome en serio la misión de ser más equitativos. Somos a vista y paciencia de todos, uno de los países con mayores índices de desigualdad.

  4. No hemos construido un sistema educativo que se haya hecho cargo de los tres puntos anteriores.

Sin embargo hay algo en lo que hemos avanzado: en desvelar nuestra identidad. Hemos empezado a ponerle palabra a la historia no contada de los movimientos sociales que no suelen salir en los libros y habrán de saber que la historia de los jóvenes de Chile es mucho más importantes que la de los viejos.


A saber:


  • En 1822 los que se levantaron contra Portales fueron los jóvenes. Fue a ellos a quienes mando a fusilar. O'Higgins, dictador antidemocrático le arrebató la vida al joven Rodríguez en Til Til.

  • En 1837 fueron los mismos jóvenes los que mataron a Portales. En 1859 son los jóvenes que se levantan contra Montt y en 1931 fueron ellos los que se levantaron contra la dictadura de Ibáñez del Campo.

  • En 1965 son ellos los que buscan una vía no parlamentaria y en 1980 son ellos los que pierden el temor y salen a la calle a exigir democracia, recordemos a los hermanos Vergara, Rodrigo Rojas de Negri, etc.

  • Los viejos lo único que han hecho es reprimir ,a ellos “siempre les ha ido mal”, sin embargo a los represores si les han levantado estatuas.

  • El Movimiento estudiantil si tiene una historia que contar. En 1906 fue el terremoto de Valaparaíso y los estudiantes de medicina llegaron al lugar a prestar ayuda y apoyo a los damnificados. Estuvieron 2 meses y luego volvieron. Elg obierno los invitó para ser condecorados como héroes nacionales, pero cuando llegaron los hicieron sentarse en la galerías y de políticos oligarcas, muchos de ellos sus propios padres, se tomaron el escenario. Llamaron a la galería para que bajara un representante, pero no bajo, llamaron al segundo y no bajo. Nadie bajó: los niños oligarcas se revelaron contra sus propios padres y ahí nació la FECH. Es que los hijos de los oligarcas había visto de cara la pobreza , habían sentido su olor y había sabido de sus miserias de haber nacido pobre y tener que morir igual. Eso los hizo diferentes, eso los hizo entender que su deber esa participar en la construcción de un país más justo.

  • En 1919 los estudiantes se asociaron a a otras organizaciones y empezaron a redactar leyes para que las aprobara el congreso, como no hicieron nada se auto convocan a redactar una nueva constitución.

  • En 1948 se instauran los consejo de curso y los centros de alumnos. Aparece el primer movimiento e secundarios “La revolución de la chaucha” donde reclamaban por el pasaje escolar, había una tasa de inflación del 40 %. En 1957 aparece nuevamente la revolución de la chuacha.

  • En 1960 se lleva a cabo la reforma universitaria.

Tenemos una gran tarea pendiente: abolir la hegemonía del mercado, pero hay que trabajar, estudiar y luchar. SE DEBE poder hacer ambas cosas bien, eso es una verdadera dialéctica entre la vida real y las luchas.

Hoy estamos en una situación histórica de excepción. El movimiento constituyente es excepcional. Ya no se “habla por la boca de otros” (Mao, Fidel, Lenin). Esta deliberación produce cultura.

Weber habla de que el Estado instaura lo que denomina “la seriedad de la muerte”. Entonces el temor nos obliga al: “yo me cuido”, “me pongo prudente”, “me quedo callado”. De este modo el miedo se institucionaliza. Contratos temporales son una extensión de la seriedad de la muerte. El empleo precario, favorece el silencio.

Entoces tal vez nos podríamos preguntar: “¿Qué pasa si recuperamos lo que es nuestro, si construimos la identidad, si bailamos la identidad, si cantamos la identidad?”

Chile no es dueño de su producción, somos nosotros quienes debemos controlar la producción. En Brasil los “Sin tierra”, se tomaron la tierra, pero también aprendieron a mejorar la producción, hicieron escuelas , universidades, bancos.

El Gobierno, el parlamento, los partidos políticos, giran en torno al Estado vigente. La soberanía es anterior a la ley y anterior al Estado. Nosotros deliberamos nuestro mandato.”Las negociaciones diluyen los poderes del pueblo y ganan los mismos”. “Todos los que entran al sistema negocian y no cambian nada”.

Para que un movimiento permanezca, debe tener una cultura propia. A la cultura no se le disparan balazos”.

Pinochet desgarró la ciudadanía del gobierno”, las separo desgarrando su integridad y su unidad.

Nos hemos quedado solos, los unos con los otros pero solos”

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La historia nos hace tomar conciencia del cordón umbilical que nos une al territorio que habitamos, nos conecta con el verbo ser en pasado, explicando el presente y proyectando el futuro. Solo en la medida de que nos damos cuenta que somos sujetos históricos y agentes de cambio somos capaces de dimensionar el poder que tenemos al activar el adormecido “nosotros”.

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