viernes, 11 de abril de 2014

Respuesta de Sebastián Dávalos Bachelet a Karen Jerez del Telecentro San Francisco








Estimada Karen:

Durante tres años he escuchado a Erika hablar de los telecentros casi todos los días. Luego de haber visitado el que tú operas, logro dimensionar porque para ella son  tan importantes. Te agradezco profundamente que nos hayas recibido y que hayas compartido con nosotros las experiencias y desafíos que junto a ese grupo de maravillosas mujeres han sacado adelante. Al escuchar a la Sra. Gladys, a la Sra. Thelma y a quienes te acompañaban ese día, pude interiorizarme aún más sobre el inmenso trabajo que realizan y el poderoso mensaje que hay detrás de sus acciones: Una mujer empoderada es una mujer menos vulnerable.
Agradezco que durante estos años hayan luchado por defender una política pública impulsada por el primer gobierno de la Presidenta Bachelet. Sin ese esfuerzo y la convicción de que el programa es necesario,  probablemente habría desaparecido. Agradezco, además, que me dejases conocer a quien representa a varios otros operadores de telecentros que arriesgaron mucho, incluso sus puestos de trabajo, por mantener el sentido original de este proyecto y el objeto para lo cual fue diseñado. Tengo la certeza de que las tecnologías de nada sirven si no se ofrecen en un espacio comunitario acogedor, capaz de tejer lazos con todos los miembros de la comunidad, incluso con todos aquellos que han cometido errores en el pasado y que tienen no solo el derecho, sino que la intención real de reinsertarse y tener una nueva oportunidad.
Estimada Karen, gracias por mostrarme las barreras con las que PRODEMU sigue excluyendo a las mujeres que tiene menos oportunidades. Mi compromiso es que buscaremos los mecanismos para derribar estas barreras. Gracias por mostrarme tu villa y permitirme evidenciar en terreno como el proyecto “Quiero Mi Barrio” puede mejorar la calidad de vida a la gente. Nos seguiremos viendo, no lo dudes. Ten la certeza que desde la Dirección Sociocultural apoyaremos todas aquellas acciones que permitan hacer florecer nuevamente los telecentros. Tenemos mucho trabajo por delante, lo sabemos. Sabemos también que  a veces las cosas son más lentas de lo que uno quisiera, pero cuenta con el compromiso de Erika, Isabel, Denisse, Marisol y por supuesto con el mío.

Un afectuoso abrazo para todas



J.A. Sebastián Dávalos B.
Director
Dirección Sociocultural de la Presidencia.



PD: Llevamos dos días comiéndonos al almuerzo el ají de la huerta. Hoy tomaremos té con cedrón en nombre de ustedes.

domingo, 5 de enero de 2014

No aplaudo al niño que sacó 3 puntajes nacionales, ¿y qué?

¿Qué se aplaude cuando se aplaude? Hay dimensiones éticas que acarrean ciertos aplausos, aunque de buenas a primeras no sean evidentes. Claro, suena despiadado no hacer loas a quien con esfuerzo, proveniente de la clase esforzada de nuestro país, lograr salir en la foto del mérito. Suena probablemente peor si quien las emite, valora la meritocracia en cada columna que publica.
Claro que me parece loable, más que el puntaje, la trayectoria de José González: me parece loable en un espacio acotado y circunscrito solo a su logro. Las personas toman distintos caminos y opciones. Me parece importante sacrificarse por logros propios, y acertar dentro de las reglas de un sistema de evaluación que es claramente arbitrario e injusto, tiene méritos. Que el sistema sea injusto no lo digo yo, lo dice la UNESCO, por cierto.
Del mismo modo me parece admirable que haya niñas y niños que este año solo estén pasando a cuarto medio y no dando la prueba, habiendo entregado un año de su vida para haber posicionado aquello de que la educación es un derecho, que el sistema es injusto y que hayan incidido en la agenda pública.
898 niños fueron los mejores alumnos en sus escuelas, obtuvieron 850 puntos en ránking de notas, pero no obtuvieron en la prueba el mínimo para postular a la universidad. No es que “no entraron a estudiar lo que querían” : no pudieron ni siquiera postular. (para que quede claro).
Son niños y niñas que son los mejores en su contexto, que del Estado a través de su aparato más eficiente, que es la educación, recibieron todas las señales que les hicieron sentir que eran los mejores, pero según la PSU son los peores, los que no sirven, los que han sido excluidos por años, al igual que sus padres y madres.