sábado, 22 de enero de 2011

Los derechos del Niño en la Red de Telecentros del Programa Quiero Mi Barrio




Muchas veces los telecentros tienden a creer que la única manera de trabajar con niños es generar actividades solo ligadas al uso de los computadores. Las TIC son solo una herramienta al servicio de nuestras necesidades y apropiarnos de ellas nos obliga a mezclara el trabajo comunitario con el uso de softwares e internet. Estas bellas fotos nos muestran a los niños del telecentro El Polígono de Quinta Normal, Santiago de Chile de la Red de Telecentros del Programa Quiero Mi Barrio plasmando en un mural lo que han aprendido usando Internet respecto a los Derechos del Niño.

Muchas veces organismos como la Unicef parecen lejanos para los niños y niñas, pero al trabajar directamente con la información que este organismo nos entrega a través de internet le permite a ellos y ellas conocer, defender y difundir sus derechos dentro de sus comunidades.

El derecho a jugar es muy importante, por lo tanto resulta necesario generar modelos de trabajo entretenidos para que ellos y ellas gocen de su proceso de aprendizaje y eso es lo que procuramos hacer en alianza con Intel Aprender Chile.

Felicitaciones a los niños y niñas del barrio El Polígono, están haciendo un gran trabajo.

martes, 4 de enero de 2011

Ante la publicación de Subtel sobre mí en su página web

SUBTEL publicó ayer la siguiente nota en su página web:

"ATENCIÓN: SUBTEL INFORMA ACERCA DEL PROGRAMA DE TELECENTROS QUIERO MI BARRIO

Estimados todos:

Junto con desearles un buen inicio de año, les comunico que doña Erika Silva Urbano ya no pertenece a la Subsecretaría de Telecomunicaciones, razón por la cual ninguna de sus opiniones, gestiones o acciones representan a este servicio.

Asimismo, cabe señalar que el denominado Programa Telecentros se encuentra actualmente en revisión por parte de esta administración y en procesos de auditoría por parte de la Contraloría General de la República y la Auditoría General de Gobierno. En el mismo sentido, cada una de las iniciativas informadas por la Sra. Silva no forman parte de los compromisos de gobierno ni cuentan con el apoyo de éste, hasta que no se realice una revisión profunda de las mismas.

Por último, les comunico que la responsable oficial del Programa Telecentros, para todos los efectos a que haya lugar, es doña Puppy Rojas, actual Jefa de la División del Fondo de Desarrollo de las Telecomunicaciones de esta Subsecretaría de Estado, a quien deben dirigir cualquier inquietud o iniciativa relativa a dicho programa.

Sin otro particular, les saluda atentamente,

Juan Luis Núñez

Jefe de Gabinete

MTT"

Declaro:

  1. Qué el Programa se encuentre en Contraloría implica que podría dejar de operar? Este proyecto puede tener problemas pero el trabajo de personas técnicas como yo siempre fue lo obvio: seguir trabajando con al gente, pues ellos y ellas no son responsables de problemas administrativos que puede atravesar el proyecto y que desde luego, la nuevo administración se ha preocupado poco o nada por enfrentar o no parece extraño que en 9 meses no se haya avanzado en nada de lo que se presenta en el trabajo con las comunidades? no parece extraño que se haya detenido el trabajo en la planificación del trabajo con con los CVD? TODO eso y mucho más lo frenó la nueva administración. Aun el Ministro no responde oficialmente estas aseveraciones.
  2. Erika Silva podrá no trabajar en Subtel, pero eso no le impide comenzar alianzas con municipios y CVD para fortalecer el trabajo en la Red de Telecentros del programa Quiero Mi Barrio. Eso no lo pueden impedir, muy a su pesar de seguro.
  3. Alegra que la Subtel saque a Mariela Garelli como jefa de proyecto debido a su pobre curriculum, recordemos que quien dijo que gobernaría con "los mejores" puso a cargo de este proyecto a alguien con cuarto medio: la habrán puesto porque para proyectos en sectores con mayores necesidades se puede poner lo que votó la ola?. La Salida de Mariela Garelli es ya un triunfo, aunque no nos engañemos, de seguro seguirá haciendo la pega ella (la mala pega). Lamentablemente la señorita Puppy, quien la suple, no tiene experiencia alguna en TIC para el Desarrollo Humano, por lo que me temo que la situación no prosperará mucho más que hasta ahora.
  4. Si por un instante alguien pensó que dejaré a los telecentros de lado por no trabajar en la SUBtel se equivocó: las políticas públicas no son del Gobierno: Un gobierno no es dueño de los barrios , ni de los telecentros, MENOS en este caso en que tan importante como el rol de Subtel , es el rol del Municipio y de los CVD (Consejos Vecinales de Desarrollo).
  5. Los ciudadanos deben dejar de creer que a los Gobiernos se les debe dar las "gracias" por lo que hacen: generar políticas públicas para disminuir la brecha digital es un DEBER del Estado.

Les invito a los CVD y a los municipios a que trabajemos unidos. Estoy buscando diferentes medios para apoyar el trabajo en los barrios y en la medida que estén unidos y organizados defendiendo lo que hemos ganado, será más fácil implementar soluciones.

Los ciudadanos unidos en RED tienen cada vez más poder, no deben dudarlo.

Cariños para todos!!!

Érika Silva Urbano

domingo, 2 de enero de 2011

La realidad como aliada


No tengo cable. Parte de mi realidad la configuro a partir de lo que la TV nacional me entrega. En este contexto las tardes culturales, los escasos programas de conversación medianamente inteligente son un bálsamo entre tanta chatarra. Vivo cerca de la Población La Victoria cuyo canal comunitario Señal 3 me dio horas de contenido cuando bajaban la señal de Telesur y lo esparcían como buena nueva con una recepción pésima, pero llena de buena programación.

Hace una semana veía las noticias haciendo zapping y todos mostraban paquetes de vacaciones al caribe y playas hermosas de América. Al otro día un canal me instruía sobre los “weddiding planning”, personas especializadas en hacer eventos para matrimonios cuyos costos eran altísimos tomando en cuenta que el fondo del negocio es simplemente celebrar un compromiso de amor, más allá del servicio de manteleria , o de los jarrones con flores, o de la banquetería. Otra nota mostraba los regalos más requeridos para esta navidad. Otra nota los gimnasios top para estar en forma para las vacaciones.

Pertenezco a un quintil económico que objetivamente podría pagar todo aquello que esa vitrina, que se supone se hizo para informar (e inavitablemente formar) ofrece. La oferta agresiva dispuesta en un noticiero, aquel que se supone nos informa de lo importante, no me excluye, me hace ser parte de “eso” que me imagino muchos aspiran y que difícilmente podrán obtener. No estoy diciendo nada de lo que no se hayan enterado, por este medio o por otro: vivimos en un país desigual, con pocas oportunidades para muchos y muchas oportunidades para pocos.

El consumismo como mantra subliminal conjugado en todos sus tiempos y personas se cuela por el escenario que nos muestra lo que culturalmente hemos configurado como el proveedor oficial de la “verdad”. “Es verdad, si salió en las noticias” dice mi hija, como si fuera una máxima irrefutable, incuestionable, irreversible, mientras la realidad, duerme embriagada y sucia tirada en la calle, trasnochada, como un vago ebrio, olvidado.

Estudié en la Escuela E62 de San Felipe. Mi escuela tenía niños pobres y niños de buena situación. Siempre recuerdo a mi compañero Leonardo, con los mocos verdes eternos, con su uniforme sucio, su bolsón viejo y sus zapatos viejos y gastados. Recuerdo a mi profe tirándole las patillas y diciéndole “inmundo”. Como si un niño de 7 años tuviera siquiera la posibilidad de decidir mejorar sus zapatos, lavar su pelo, comer mejor o tener un bolsón más nuevo. Sus zapatos de gastado ya no se podían ni lustrar, estaban tan viejos y secos que jamás podrían haber vuelto a brillar.

Mi familia tenía una buena situación, sin embargo la realidad, esa que no ocupa un espacio en la vitrina pública, se sentó siempre a mi lado o en el banco de atrás. Demasiado cerca como para no querer verla. Demasiado evidente para hacer como si no existiera.

¿Cuánta frustración puede provocar un medio de comunicación al presentar en el espacio institucionalizado como el “proveedor de la verdad” el repertorio de posibilidades tan lejanas a la mayoría de los fervientes telespectadores?

¿Cuán importante es la verdad y la realidad en los medios de comunicación?¿Cuánto lo es en nuestra sociedad en general?¿Cuánto estamos dispuestos a arriesgar en nombre de esa bendita realidad?

Esta semana me compré la revista El Periodista y me encontré con una frase muy potente en la columna de Marta Blanco: “Es necesaria una reflexión seria sobre el peor de los males que nos aqueja: no ver la realidad. El espíritu criollo, nuestra naturaleza cauta y temerosa, nuestro no saber qué "conviene" decir, como si la verdad fuera un commodity que sube y baja en un extraño mercado moral. Es la manía de conservar "la pega", de no comprometernos y entrar en un estado larval de hechizo primario, donde no vemos lo que no soportaríamos ver."

Nuestra tóxica relación con la verdad, esa pasadita de refilón, ese “hacernos los lesos”, eso de “si no es para tanto”, eso de “no te hagas problema”, eso de “ acuérdate, en unas semanas más se les va a olvidar”, puede que un día se vaya a la cresta. La realidad, esa hermana incómoda de la verdad un día nos va a estallar en la cara, irreversible e irremediablemente. Llegará el día en el que los “invisibles”, “los innombrados”, los que no viajaron al caribe, los que no contrataron al wedding planning, los que no se pudieron comprar los regalos top y los que nunca pisaron el gimnasio del noticiero de las nueve, se cansarán de que el país y su vitrina no conjugue sus nobles nombres, porque no solo son consumidores, también son ciudadanos, de una ciudad que tiene hijos ocultos.

Santiago es tan plano que a diferencia de Caracas y Río de Janeiro, sus bolsones de pobreza, históricamente excluidos a la periferia contribuyen con su “invisibilidad” urbana, a no “afear” el barrio cuico, no opaca el brillo de los edificios de vidrio, pero la lejanía se puede acortar y su presencia se puede empezar a volver algo incómoda. ¿Sabe usted por qué? Porque como dice José Comblin, Teólogo de la Liberación "Nuestra aliada es la realidad, el que no ve la realidad, no ve lo que es la humanidad. Se queda con palabras y discursos, pero no puede crear nada".

Disminuir las horas de historia, como estrategia para mejorar la educación no es otra cosa que ponerle otra mordaza y antifaz más a esa realidad, para inyectarnos amnesia, para solo ubicarnos detrás de la vitrina, anestesiados, incautos compradores de felicidades perecibles.

“Hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez” decía la Proclama de la Junta Tuitiva,en 1809, doscientos años después sigue pareciendo cierto, pero se lo aseguro, no por mucho tiempo.